Tuesday, May 30, 2017

LA COLONIA DE PUERTO RICO, ¿QUÉ TIPO DE COLONIA?


De: Andrés de Bustamante, San Juan de Puerto Rico

Una de las aseveraciones más comunes y corrientes sobre la condición política de Puerto Rico es que durante sus más de cinco siglos de historia es y ha sido una colonia. Hasta el eminente jurista y escritor José Trías Monge, quien fue uno de los arquitectos de la actual relación colonial que hoy sufrimos los puertorriqueños desde el 1952, bautizo en sus escritos a Puerto Rico como; «La colonia más vieja del mundo» [1]. Y esta aseveración es cierta, Puerto Rico es y ha sido una colonia. Sin embargo, esta palabra -colonia- hay que evaluarla adecuadamente ya que su significado ha cambiado con el pasar del tiempo. Actualmente esta palabra tiene diferentes definiciones o connotaciones políticas que se le han añadido con el pasar del tiempo. Igualmente, Puerto Rico ha tenido diferentes formas de relación colonial en su historia, particularmente desde el 1898 donde la isla fue invadida por un ejército extranjero.

Para distinguir entre las posibles definiciones de la palabra -colonia- utilizaré las definiciones que nos ofrece la Real Academia Española de la Lengua [2], que es una fiable y bien reputada institución. Dentro de las definiciones de ordenamiento político esta provee dos particulares conceptos o posibilidades para la palabra colonia.

Un PRIMER concepto se refiere a una población o proyección de la urbe en territorios lejanos. Sus definiciones son; (1) Conjunto de personas procedentes de un territorio que van a otro para establecerse en él., (2) Territorio o lugar donde se establecen estas personas., (5) Conjunto de los naturales de un país, región o provincia que habitan en otro territorio. En adelante le llamaré “colonia de población”.

El SEGUNDO concepto, uno más reciente y se refiere a un dominio o conquista territorial de
explotación. Sus definiciones oficiales son; (3) Territorio fuera de la nación que lo hizo suyo, y
ordinariamente regido por leyes especiales., (4) Territorio dominado y administrado por una potencia extranjera. En adelante le llamaré a esta condición “colonia de explotación”.La palabra -colonia- nos llega directamente del latín y proviene de “colonus” que significa labrador [2]. (Es importante notar que la palabra colonia y sus definiciones no guardan relación con la gesta que en 1492 llevo a cabo el Almirante Cristobal Colón. Aunque para la hispanidad es prácticamente imposible olvidar aquel evento auspiciado y realizado por las Españas.)

En aquel Imperio Romano donde nacen gran parte de
Andrés de Bustamante
nuestra cultura, lengua, conceptos políticos, jurisprudencia y derechos ciudadanos, entre otras tantas disciplinas y quehaceres, una -colonia- era una división administrativa del imperio. Este término hoy es parte del nombre de la ciudad de Colonia en Alemania, fundada por Roma y entonces llamada Colonia Claudia Ara Agrippinensium.Igualmente podemos mencionar a Córdoba, fundada como Colonia Patricia Corduba o la Colonia Iulia Vrbs Triumphalis Tarraconensis, hoy Tarragona. Aquellas jurisdicciones romanas eran reglamentadas por una carta de fundación legislativa y por las instituciones del propio pueblo romano.


Las colonias romanas, entonces eran consideradas como una categoría política de prestigio dentro del ordenamiento político y civil romano. Estas eran una analogía o proyección de la propia ciudad de Roma. Esta era el concepto que España tuvo de sus colonias; particularmente en la América que una vez forjó y que fueron organizadas desde el siglo XVII como virreinatos, una división administrativa que permitían atender las necesidades de estos territorios en el Nuevo mundo de una manera paralela y bastante similar a la administración pública que se llevaba a cabo en la Península. Pero que a su vez otorgaba la flexibilidad administrativa necesaria a esas tierras de las Españas que entonces se encontraban tan distantes y apartadas de la Península. Por tal razón las colonias españolas en aquellos virreinos eran parte de las Españas y eran España. Igualmente los residentes de aquellas colonias de población eran ciudadanos españoles en igualdad de condiciones a los residentes de la Península.


Sin embargo, actualmente la palabra -colonia- ha pasado a ser un término peyorativo. Particularmente luego de la Segunda Guerra mundial donde los grandes poderes “coloniales” europeos (Inglaterra, Francia, Holanda, Bélgica, Alemania e Italia) se vieron forzados a reconocer sus nefastas prácticas imperialistas alrededor del mundo. Estas naciones para finales del siglo XIX, durante la llamada Era del imperialismo europeo, desesperadamente procuraban recursos naturales para sustentar sus emergentes economías industriales. Durante esta época se dieron a la tarea de dominar y subyugar otras naciones menos adelantadas alrededor del mundo, particularmente en Africa y Asia. El objetivo de estos “poderes coloniales” era la explotación económica de las riquezas y recursos naturales de las naciones sometidas, mediante el control de sus endebles aparatos políticos y/o sociales. Muchas de estas naciones justificaron su proceder contra las naciones explotadas y/o menos desarrolladas con “nobles” justificaciones de índole cultural y de civilización. Pero la verdad es que estas empresas solo servían los intereses imperiales de aquellos poderes europeos y con muy poca consideración para el futuro desarrollo o el bienestar de las naciones víctimas de la explotación. Normalmente las naciones sometidas, las colonias de explotación, quedaban política y militarmente sometidas a los unilaterales designios del poder colonial sin ningún tipo de opción política o social, aparte de una desigual lucha armada.

Entonces, ¿qué tipo de colonia era Puerto Rico durante los tiempos de España? La clara respuesta es que Puerto Rico entonces era una colonia de población o una proyección de España en América. Durante aquella época, cuando Puerto Rico era una Provincia de Ultramar, los puertorriqueños éramos españoles en igualdad de condiciones y derechos a todos los españoles y en igualdad a las demás provincias en la Península ibérica. Para el 1898 Puerto Rico tenía tres-(3) senadores y dieciséis-(16) diputados en las Cortes Generales de España, por lo que éramos parte integral de la administración de nuestra entonces patria española, como eran las demás provincias allá en Europa. Igualmente los ciudadanos de Puerto Rico eran tan ciudadanos españoles como los demás españoles en la Península, Cuba y Filipinas. No estando sometidos a poderes o controles significativamente diferentes a los tenían los residentes de la España peninsular, teniendo igualdad de representación política con las demás provincias y siendo culturalmente similares a ambos lados del Atlántico, los puertorriqueños éramos una proyección de España en el Nuevo mundo e igualmente españoles. Esta distinción colonial de ser una proyección de España, es la que tuvo Puerto Rico hasta 1898, al igual que lo tuvieron Cuba y las Filipinas allá en Asia.

Sin embargo, muchos razonablemente exponen que la Carta Autonómica que España le otorgó a Puerto Rico en 1897 se cuenta la palabra -colonial- un total de 45 veces, mientras que el término -provincial- es utilizado solo en 12 ocasiones. Obviamente siendo Puerto Rico una proyección de España en tierras lejanas, la definición prevaleciente de la palabra colonia como una proyección en tierras lejanas o colonia de población, era la intención y definición correcta a finales del siglo XIX. Sencillamente, en aquella época la definición de colonia de explotación o de conquista territorial no era parte de léxico político que prevalecía al momento. Tampoco una colonia de explotación describía la realidad política de Puerto Rico en el siglo XIX, como tampoco era la realidad en Cuba y Filipinas. Así mismo la colonia de explotación no era parte del desarrollo que España tuvo con sus tierras, particularmente en la América que fundó.

La verdad es que aquella Carta Autonómica le otorgó a la Provincia de Ultramar de Puerto Rico, el primer estatuto autonómico de toda España. Un estatuto que en pleno siglo XIX le extendió a nuestra isla poderes políticos y económicos que en el siglo XXI y bajo el dominio de la más poderosa “democracia del mundo” no hemos alcanzado, ni tenemos esperanza alguna de lograr. Y aún previo a aquella Carta Autonómica ostentábamos poderes políticos reales en España; teníamos poderes de gobierno local y administración pública los cuales desde 1898 hemos perdido. Una realidad que contrasta marcadamente con la penosa debilidad política que hoy vivimos los puertorriqueños.

El 25 de julio de 1898, Puerto Rico fue invadido militarmente por el ejercito de una nación extranjera y de distinta cultura, los Estados Unidos de Norteamérica. Desde entonces la realidad de una colonia de explotación es la que describe la ya centenaria relación política de Puerto Rico. Invasión que fue motivada principalmente por los intereses expansionistas e imperialistas de aquella nación. Habiendo sido Puerto Rico un lucrativo mercado para el siglo XIX, los Estados Unidos procuraron acaparar el mercado que la Isla les ofrecía. Expandieron y desplazaron los hacendados a favor de los grandes intereses comerciales que entonces existían para la producción de azúcar de caña. Secuestraron las ganancias de la producción del ron y administraron sus arbitrios, con los que aún hoy sufragan los costos de la Aduana. En fin, consiguieron un mercado cautivo para el beneficio casi exclusivo de selectos intereses comerciales en los Estados Unidos y con muy poca consideración para los intereses de los puertorriqueños, que carecen de poderes reales dentro de la nación que hoy controla unilateralmente su destino.

En el léxico político del siglo XXI y de política actual, Puerto Rico es una colonia y colonia de
explotación. Es decir, existe bajo una condición de dominio extranjero. Una relación política de
dominación casi total donde los Estados Unidos rige y controla la isla desde que la invadió en 1898. Y bajo esta relación, las prerrogativas de Puerto Rico en temas sociales, económicos y políticos son mínimas, en el mejor de los casos. Claramente, la segunda definición contenida por la RAE para el término de colonia, de explotación, es la que describe la relación política actual que hoy sufre Puerto Rico. Una relación que es y ha sido eminentemente imperialista y que inicialmente estuvo enmarcada con un alto grado de revisión cultural.

También se puede argumentar que Puerto Rico es una neo-colonia; término se dice fue acuñado por Kwame Nkrumah y posteriormente elaborado ampliamente por Jean Paul Sartre y Noam Chomsky [4]. Esencialmente esto es una jurisdicción sometida a los designios comerciales y capitalistas de una nación más poderosa y/o a los intereses comerciales de empresas extranjeras. Una situación que acaba comprometiendo el bienestar y desarrollo futuro de la nación dominada. Y ciertamente Puerto Rico cumple con los requisitos de esta definición. Sin embargo, la definición de una neo-colonia falla en describir y capturar adecuadamente la realidad de dominación e incapacidad política que sufre Puerto Rico desde el 1898, cuando la Isla fue cedida cual «botín de guerra» en aquel Tratado de París [5]. Desde entonces, la realidad política ha estado anclada sobre un dominio político total por parte de un invasor extranjero y con un sometimiento casi absoluto a los unilaterales designios del Congreso federal bajo su Cláusula territorial [6] y sin ningún tipo de voz o poder político real dentro de esa estructura de poder. Por lo tanto, el control económico y comercial que sufren las neo-colonias, en el caso de Puerto Rico es solo la inevitable consecuencia de la dominación política directa que sufre desde el 1898. La realidad de una colonia de explotación, en pleno siglo XXI y bajo los auspicios de la ¨democracia¨ más grande del mundo.

Habiendo visto los conceptos que abarca la palabra colonia, bien sea una colonia de población de la urbe en tierras lejanas o como colonia de explotación, podemos distinguir adecuadamente las diferentes relaciones coloniales que Puerto Rico ha tenido en sus más de quinientos años de historia. Una realidad colonial siendo parte de la nación que la forjó y en igualdad de condiciones a los demás ciudadanos. Otra realidad como un «botín de guerra» el cual ha sido no más que un mercado cautivo para algunos intereses comerciales de la nación invasora.

Por lo tanto, históricamente Puerto Rico siempre ha sido una colonia. Pero no siempre el mismo tipo de colonia.

Referencias;
[1] TRÍAS MONGE, José; Puerto Rico: Las penas de la colonia más antigua del mundo.
Editorial de la Universidad de Puerto Rico, Introducción XX-XXI, 2005, ISBN: 0-8477-0340-1.
[2] Portal de la Real Academia de la Lengua, <http://lema.rae.es/drae/?val=colonia>,
[consulta: abril 2015].
[3] CORNELL, Tim, MATTHEWS, Johb; Roma: Legado de un imperio. Barcelona, 1993, ISBN 84-7583-361-6.
[4] Wikipedia, La Enciclopedia Libre, <http://es.wikipedia.org/wiki/Neocolonialismo>,
[consulta: abril 2015].
[5] LexJuris, <http://www.lexjuris.com/LEXLEX/lexotras/lextratadoparis.htm>.
[consulta: abril 2015],
[6] Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica;
Articulo IV, Sección 3, Cláusula 2. Propiedad federal y la cláusula territorial
El Congreso tendrá facultad para disponer y formular todos los reglamentos y reglas
necesarios con respecto al Territorio y otros bienes que pertenezcan a los Estados
Unidos, y ninguna parte de esta Constitución será interpretada de manera que cause
perjuicio a los derechos reclamados por los Estados Unidos o por cualquier Estado
individual.

Monday, May 29, 2017

CON LA ESPERANZA PUESTA EN LAS NUEVAS GENERACIONES DE PUERTORRIQUEÑOS:


De: Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España
Puerto Rico fue botín de guerra y pasó de ser una Autonomía española a ser una colonia gringa y vuestros antepasados sintieron la rabia, la desesperación la sensación de que habían sido abandonados a manos de una nación extranjera que aparte de mandar tropas para ocupar Puerto Rico mandó una legión de educadores para cambiar vuestra vida, vuestra historia y vuestro idioma. Que menos que mandar expropiar a la iglesia y dar todo su patrimonio a otra fe que no era la Católica, que menos que apoderarse también de vuestra alma.
Vuestros bisabuelos y abuelos lucharon por conservar vuestra verdadera historia, vuestras tradiciones, vuestro idioma y en gran medida estos tremendos luchadores lo consiguieron, resistieron, tuvieron el coraje y el orgullo de saber quienes eran: puertorriqueños cuya cultura es la hispana. Pero el tiempo pasa, las vidas se van apagando y nacen nuevas generaciones que siguen siendo educadas bajo el mandato gringo y poco a poco va quedando menos gente que sepa quienes son y de donde proceden, los enseñan a odiar, a despreciar su verdadera esencia que no es otra que la hispana.
Los que pisan el umbral de la vida se juntan hoy para dar una lección a los que se acercan a las puertas del sepulcro. La fiesta que presenciamos tiene mucho de patriotismo y algo de ironía: el niño quiere rescatar de la verdadera historia puertorriqueña lo que el hombre no supo defender con el hierro.
Los viejos deben temblar ante los niños, porque la generación que se levanta es siempre acusadora y juez de la generación que desciende. De aquí, de estos grupos alegres y bulliciosos, saldrá el pensador austero y taciturno; de aquí, el poeta que fulmine las estrofas de acero retemplado; de aquí, el historiador que marque la frente del culpable con un sello de indeleble ignominia.
Niños, sed hombres, madrugad a la vida, porque ninguna generación recibió herencia más triste, porque ninguna tuvo deberes más sagrados que cumplir, errores más graves que remediar ni venganzas más justas que satisfacer.
En esta colonia gringa, muchos de vuestros antepasados bebieron el vino generoso y dejaron las heces. Siendo superiores a vuestros padres, tendréis derecho para escribir el bochornoso epitafio de una generación que se va, manchada con la ignominia de ser meros colonos, con la quiebra fraudulenta y con la posible mutilación del territorio nacional si a los gringos les apetece.
Si en estos momentos fuera oportuno recordar vergüenzas y renovar dolores, no acusaríamos a unos ni disculparíamos a otros. ¿Quién puede arrojar la primera piedra? La mano brutal de la ocupación gringa despedazó vuestra carne y machacó vuestros huesos; pero los verdaderos vencedores, las armas del enemigo, fueron la ignorancia y el espíritu de servidumbre.
¿Por qué desesperar? No vengo aquí a juzgar ni para derramar lágrimas sobre las ruinas que han quedado del orgullo puertorriqueño, sino a exponer hechos dolorosos pero de los que hay que hablar. Tenéis que fortaleceros con la esperanza. Nunca menos que ahora conviene el abatimiento del ánimo cobarde ni las quejas del pecho sin virilidad.

De: Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España
Si los hispanos somos versátiles en amor, no lo somos menos en el odio: el puñal penetró en vuestras entrañas y ya perdonasteis al asesino. Alguien ha talado vuestros campos y arruinado vuestras ciudades y mutilado vuestro territorio y asaltado vuestras riquezas transformando a vuestro amado Puerto Rico en una moral en ruinas como si se tratase de un cementerio; pues bien, señores, ese alguien a quien juraban rencor eterno y venganza implacable por vuestros antepasados, empieza a ser contado en el número de vuestros amigos, no es aborrecido por vosotros con todo el fuego de la sangre, con toda la cólera del corazón.
Ya que hipocresía y mentira forman los polos de la Diplomacia, dejemos a los gobiernos mentir hipócritamente jurándose amistad y olvido. Muchos de vosotros que no teméis explicaciones ni respetáis susceptibilidades, vosotros levantaréis la voz para enderezar el esqueleto de estas muchedumbres encorvadas, hay que hacerlo para oxigenar esta atmósfera viciada con la respiración de tantos organismos infectos, y lanzar una chispa que inflame en el corazón del pueblo el fuego para amar con firmeza todo lo que se debe amar, y para odiar con firmeza también todo lo que se debe odiar. Recordad siempre que sois puertorriqueños, un pueblo orgulloso, no lo olvidéis NUNCA. ¡Viva Puerto Rico!

¿QUIENES SOIS? ¿TAINOS-BLANCOS, AFRICANOS O PUERTORRIQUEÑOS?


De: Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España
La ruptura en unidades cada vez menores y enfrentadas entre sí, hará imposible que los puertorriqueños actúen como un pueblo permaneciendo divididos y enfrentados los unos con los otros. Debéis volver a tender los lazos que se han roto pacientemente durante desde este último siglo y que el gringo se ha encargado de que vosotros irresponsablemente ayudéis a romper mediante el control de la educación, los medios de comunicación, la economía, etc. No es tarea fácil. Pero no existe para vosotros otro destino si queréis sobrevivir como pueblo.
La dominación requiere siempre de unidades menores y fraccionamientos. En el fraccionamiento los enfrentamientos cumplen un rol inestimable. Se necesita el enfrentamiento de puertorriqueños contra puertorriqueños ya sea por el color de la piel o por ejemplo el enseñar a menospreciar su propia cultura hispana como algo vergonzoso para que así no se tenga un concepto de pueblo y poder tener dominado mentalmente al boricua.
En esta obra dialéctica progresiva de destrucción, emprendida para destruir y achicar a Puerto Rico hasta el límite, es un componente dialéctico utilizado para debilitar la Patria y al pueblo arrasando sus principios culturales, su solidaridad social, sus formas naturales de organización, sus costumbres, sus tradiciones, y los incipientes procesos políticos de fortalecimiento nacional. Esa ideología ha sido siempre funcional a la dominación, al debilitamiento. Es la utopía materialista del liberalismo, enfocada desde otro punto de vista, y que nunca se concretará en la realidad más que para ejercer una inconducente tiranía.
Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España
Hoy el dominio de los gringos sobre Puerto Rico necesita estructuras políticas sin más lazos que los circunstanciales y puramente materiales, en orden a sus propios intereses. Es mejor para ellos un pequeño estado racial indigenista anti europeo, enfrentado al resto de sus antiguos compatriotas, que un Puerto Rico que mantenga los principios integradores heredados de la cultura hispánica.
Siempre es mejor para dominar la pequeña geopolítica del fraccionamiento, del odio, de la falta de proyecto; y que los boricuas que todavía pueden denominarse como un pueblo se convierta en tribus, en bandas, en asociaciones de resentidos, o en meras sociedades comerciales para facilitar la dominación y el saqueo.
Así en vez de construir nuevas generaciones orgullosas de ser quienes son de tener su propia cultura hispana se desprecian a sí mismos, su idioma, su historia, su origen. Está muy bien defender la cultura africana-taina-española-corsa-etc pero siempre como partes de un TODO pues el puertorriqueño es la SUMA no la RESTA de estos elementos culturales y raciales que conforman su propia cultura hispana. Si para defender una de las partes hay que atacar a las otras... mal vais. Es lo que quiere el gringo y así solo le hacéis el juego. Defiende tu cultura como un TODO pues así defendéis a Puerto Rico de los demás... de DIVIDIRLO.


RECUPERA TU ORGULLO BORICUA:



                                   De: Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España

Siempre hay que estar orgullosos de lo nuestro y de los nuestros. Siempre orgullosos de ti, y no sin razones sobradas. Puerto Rico retorcido, inhumano muchas veces, pisoteado y ultrajado tantas veces por tus propios hijos, pero siempre digno. Puerto Rico saqueado hasta la extenuación; incomprendido, malquerido, conquistado, sangrado y doblegado. Puerto Rico de paladines, de genios, de guerreros y de monjes, de marinos y de pensadores. Tú, Puerto Rico que has escrito historias admirables que el mundo ha conocido. Eres epopeya inimaginable, una Biblia sin dioses ni profetas, un testamento imperecedero.
Inmortal, mítico y legendario, indiano y provinciano, isleño y marinero. Puerto Rico que se equivoca y llora sus errores, pero incapaz de aprender de ellos. Puerto Rico plañidero y conformista, fácil de regalarte el oído. Que gustas de los cantos de sirenas y no aprendes que esos cantos te llevan siempre a estrellarte contra los arrecifes traicioneros. Vuelves a las andadas, Puerto Rico. Vuelves a sonrojarte y no eres capaz de reaccionar. ¿Dónde está aquella furia y aquel orgullo que tan patente quedó a lo largo de tu historia? ¿Qué queda de aquel respeto y admiración que el mundo sentía por ti? ¿Quién te ha puesto en esta situación?
Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España
Ya no es la primera vez que te hunden los despropósitos, la deslealtad y la incoherencia de tus dirigentes, pero siempre has sabido reaccionar con bravura y con orgullo. ¿Qué te ocurre hoy que pareces entumecido y fuera de la realidad? Debes recordar quien eres, y sobre todo, quien fuiste. Debes recordar que tus hijos escribieron gestas que te dieron la mayor de las glorias. Y debes recordar quienes te hicieron grande y quienes te tiraron por los suelos. Pero no tardes, Puerto Rico. No tardes porque entonces se hará más dolorosa tu desgracia y más difícil tú remedio. Tu cabeza debe volver a serenarse y la sangre a correr por tus venas como ríos de esperanza.
Es muy fácil, Puerto Rico. Tú puedes hacerlo. De peores situaciones has salido y no vas a ser menos ahora. Pero debes aprender la lección. Olvídate de aventureros y validos del tres al cuarto que te llevan chupando la sangre desde hace tantísimos años. Debes escoger entre la seriedad y la demagogia. Tú, sólo tú, tienes la palabra.

Saturday, May 27, 2017

LA UNIDAD COMO PUEBLO, EL CONCEPTO DE PATRIA:



De: Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España

Puerto Rico para 1898 tenía ya forjado su propia cultura que terminaba de asentarse y con esto se consiguió despertar el alma del puertorriqueño. Esto fue gracias a la labor pedagógica de escritores, pensadores y políticos de aquella época, que desde hacía muchos años hacían aflorar sentimientos sensaciones de pertenencia de arraigo, de tener una cultura singular. Puerto Rico ya no era un niño, había crecido ya era capaz de tomar sus propias decisiones y como tal los tremendos luchadores que consiguieron tantísimo y la mayor parte del pueblo puertorriqueño que los respaldó consiguieron hacer realidad lo impensable: En un mundo de estados totalitarios se había conseguido el autogobierno.
El sueño de lo conseguido se trasformó en pesadilla con la guerra se perdió todo, se retrocedió en el tiempo a épocas de Borinquén de siglos atrás donde no existía derecho alguno que valiera más que el del conquistador, ya no se era ciudadano ya no se tenían los derechos conseguidos ya no se tenía autogobierno ya solo se era colono en su propia tierra en su propia patria. ¿Acabó esto con el pueblo de Puerto Rico? ¡Y un carajo!
El pueblo puertorriqueño ya estaba forjado, era bravo defensor de su conciencia como pueblo y a pesar de la terrible represión de la lucha constante de la incesante persecución fueron tremendos luchadores que supieron mantenerse unidos con la cabeza bien alta frente al invasor de los EE.UU. Y así continuaron hasta bien entrados los años 50 donde poco a poco y en gran medida a los cambios sociales económicos Puerto Rico empezó a dejar de ser un país pobre para ser el escaparate de los EE.UU. ante el mundo de lo que la "democracia" podría ofrecer. Entrecomillo la palabra democracia pues en Puerto Rico la falta de derechos de sus ciudadanos en comparación con los estadounidenses claman al cielo.
Y así llegamos hasta nuestros días en que Puerto Rico ya no es el escaparate de los EE.UU. donde se vuelve social y económicamente al siglo XIX a marchas forzadas. Donde los medios de comunicación, el sistema educativo, los medios sociales y económicos, buena parte de la clase política mantienen al pueblo dividido, enfadado, sin saber a quién o a qué creer pues son muchos los engaños son muchas las promesas son muchos los sinsabores. Todo esto que escribo son impresiones mías no pretendo dar clases ya que respetuosamente es la opinión de una simple persona que intenta desde la distancia hacer ver que lo importante es recuperar lo que sois en realidad: Un pueblo bravo y orgulloso que tiene que dejar de lado debates estériles y recuperar lo verdaderamente importante LA UNIDAD COMO PUEBLO, EL CONCEPTO DE PATRIA. El cómo llevar a cabo esto y su significado solo está en manos de los puertorriqueños.
La Patria es una unidad total, en que se integran todos los individuos y todas las clases; la Patria no puede estar en manos de la clase más fuerte ni del partido mejor organizado. La Patria es una síntesis trascendente, una síntesis indivisible, con fines propios que cumplir; y creo que la gente de bien lo que quiere es que sea el instrumento eficaz, al servicio de una unidad indiscutible, de esa unidad permanente, de esa unidad irrevocable que se llama Patria.
Para tener patria se ha de recobrar resueltamente el sentido universal de su cultura y de su Historia. Aunque hay muchos que creen que para aunar voluntades conviene ofrecer las soluciones más tibias; creen que se debe ocultar en la propaganda todo lo que pueda despertar una emoción o señalar una actitud enérgica y extrema. ¡Qué equivocación! A los pueblos no los han movido nunca más que los poetas, y ¡ay del que no sepa levantar, frente a la poesía que destruye, la poesía que promete!

Tuesday, May 23, 2017

EL ACENTO PUERTORRIQUEÑO Y EL ACENTO CANARIO:



                               De: Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España

Puerto Rico tiene un acento y una peculiar manera de expresarse bastante similar al canario. No son los mismos acentos ni las mismas expresiones pero se parecen bastante. Tanto que no dejo de leer a boricuas que relatan que en sus viajes a España los confunden con canarios. Esta peculiar manera de hablar proviene de Canarias pero la influencia a sido mutua pues no solo Canarias influenció a Puerto Rico sino que Puerto Rico influenció a Canarias. Hoy en día cada uno tenemos nuestro propio dialecto. Lo que me pregunto es si a los boricuas les pasa como a mí cuando estoy de vacaciones en la Península Ibérica: ¿Sabes lo que implica ser canario que está de vacaciones en la península Ibérica?.

Y que conste se trata de un post satírico para reírnos un rato, (que es bueno conocer a nuestros pueblos de Puerto Rico y España y pasar un buen rato) ;-) No importa si vives, estudias o estás de vacaciones. Siempre serás el "canario", aunque seas más blanco que la porcelana y tengas pinta de ser de Estocolmo. Porque...sí, en Canarias hay sol, eso todos lo sabemos, pero, ¡oh dios! ni de lejos la mayoría de los canarios somos morenos de pelo oscuro. - Ah, ¿pero eres de Canarias? - Sí, de Gran Canarias. - Pero a la playa no vas mucho, ¿no? jejejeje - .....(momento para tener una charla sobre el ADN ) A muchos incluso les fascina que tarde más de 2 horas en avión para llegar a mi casa. - ¿Taaaaaaaaanto? - ¡Coño, no ves que vivo a más de 1800 kilómetros!

Los canarios tenemos un acento muy característico (Por eso no dejan de confundir a los boricuas con canarios en la Península). Quizás de los más particulares y reconocibles de España. El acento canario tiene dos efectos: A. Oh dios, ¡qué jodidamente sexy, viólame!... B. Perdona...no entiendo lo que dices... A mí nadie me ha pedido que le viole (aunque si me han dicho que tengo un acento bonito) así que tienden a veces a no entender un carajo de lo que les digo. Y vale sí, reconozco que hablo deprisa, y que un logopeda me vendría bien en la vida. Pero yo hay cosas que no comprendo: Situación 1.- En una cafetería a la hora del desayuno: - Hola...me dejas un café con leche y un "sumo" de naranja - ¿Un qué? - Un "sumo" de naranja - ¿Cómo? A ver... ¿para qué carajo voy a querer de una naranja a la hora del desayuno sino es en forma de ZUMO? Yo es que por más que lo intento no puedo pronunciar la z, ni la s ni la c de forma diferente. Me sale una cosa muy ortopédica y extraña. Parece que me ha dado una embolia. Situación 2.- Pide cualquier cosa en una tienda, bazar, supermercado... - Ay, ¿eres argentino, verdad? ¿o peruano? ¿Colombiano? (un, dos, tres, responda otra vez) En serio, personas del mundo, un poco de oído. Comprendo que nuestro acento parezca de Hispano América, porque es parecido. Pero ¿argentino? ¿peruano? Joder, NADA que ver. Luego está lo que yo llamo el "efecto guagua". Guagua es autobús. La mayoría de los peninsulares sabe que en Canarias las llamamos así; sin embargo, no importa cuántas veces digas guagua a lo largo de tu estancia en el continente.... siempre provocará risitas: jijijjij, guagua, ¡qué gracioso! Y la primera vez, te ríes, la segunda dices, ay.... pero cuando ya lo has dicho siete veces y sigue provocando la misma risita es pa hacérselo mirar. Yo no intento decir "bus" cuando hablo con un peninsular (me sabe decir guagua), pero al final me acaban mosqueando con sus risitas... Soy un ser influenciable. :-( Reconozco que yo hablo raro, vocalizo poco, hablo rápido. A veces es como si tuviese una prótesis en la boca a lo Marlon Brando en "El Padrino".

Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España
El acento canario es muy bonito, y un canario habla español perfectamente bien, y es tan válido como cualquier otro hispano hablante. ¡Hombre ya! Otra de las cosas de las que me he dado cuenta cuando estoy en la Península es que quizás el único tópico cierto a cerca de los Canarios es que estamos algo "aplatanados". Pero es incluso hasta poético si lo piensan. El canario no es lento, observa los detalles. Mira las fachadas de los edificios, come con parsimonia, ¿para qué correr?, ¿por qué tanto estrés? Vivir a una hora menos que en la Península te da otra perspectiva del mundo. Como todo, hay que reírse de los tópicos. Que cada tierra tiene los suyos propios, y seguramente el 90% no serán verdad. ¡Desmontemos los mitos!