Saturday, June 10, 2017

MOVIMIENTOS QUE ALTERAN LA HISTORIA DEL MUNDO




De: Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España

Movimientos que históricamente alteran la historia del mundo:

Casi todos los movimientos sociales y políticos que han transformado a un país o alterado la historia del mundo han aparecido en forma sorpresiva. Al contacto de las realidades vividas; de los anhelos destrozados; de las ansiedades legítimas incumplidas; de los clamores de justicia no escuchados; de las afirmaciones de la verdad desconocida o negada; del bien o del amor ultrajados, van formándose, metódica y silenciosamente pero de manera inexorable, nuevas formas de anhelo, distintas concepciones de equilibrio, diversas inquietudes de la voluntad hacia un sistema más adecuado y justo de la vida. Cuando estos elementos irrumpen en un momento dado, el calor de un pretexto de apariencia exigua pero profundo y demoledor como una chispa sobre materias inflamables, quienes habían creído dotar a su poder; a su dominio, a su sistema, de unas características de apariencia indestructible, son los primeros poseídos por una sensación de sorpresa y desconcierto.
No ha operado jamás de otra manera el proceso histórico. Nunca en la sucesión de los acontecimientos se han presentado actos milagrosos. En la trayectoria que han seguido todas las civilizaciones y en las tormentas donde se han cumplido transformaciones esenciales, han actuado en dramática y fecunda contraposición, dos fuerzas que culminan en dos estados psicológicos. De un lado aquellos a quienes el poder, como siempre, adormece y estanca; a quienes la embriaguez del dominio recorta y amengua en su ambición creadora; a quienes el ejercicio del mando destruye el impulso de la inconformidad; a quienes por actuar en ambientes de beneficiados se les hace sordo el oído para escuchar el clamor subterráneo que se incuba y vibra como un presagio de tempestad.
De otro lado aquellos que producen este mismo clamor; los que fuera, en la escuela, en el rancho desolado del campesino, en el taller sonoro del artesano, en el alma de la madre y en el seno de la juventud; en la mente del industrial y del comerciante, van gestando un nuevo destino de vivir; una nueva ansiedad en la forma y en la organización de la sociedad. Y como la vida verdadera es dinámica, anhelo de superación, voluntad de progreso, presencia de mejores concepciones, un día, cualquier día, el distanciamiento de esas fuerzas encontradas, la una visible y radiante, la otra culta y adiva, llegan a la saturación y se presentan altivas y batalladoras.
Y en medio del silencio narcisista o contra la represión violenta; por encima de la propaganda engañosa que intenta falsear la realidad, de los socavones de la conciencia colectiva van brotando nuevos filones, van poniéndose en circulación nuevas ideas. Sobreviene el choque. Y de él quedan un nuevo sistema y un método nuevo, fundados en la marcha inexorable del progreso humano. Tal hecho evidente constituye una explicación, siquiera sea muy fugaz, en la más vasta e imponente de las manifestaciones políticas que tarde o temprano terminarán dándose en Puerto Rico.
Lo que aquí comento sucederá de hecho ya está sucediendo en Puerto Rico pues en buena medida se puede decir que nada de vuestra tierra es realmente vuestro, y leyendo a algunos puertorriqueños me da la sensación como si, constituyera un gran honor poseer a medias vuestros bienes, vuestras familias y vuestras vidas; y todo este estrago, esta desgracia y ruina, os viene, no de los enemigos, sino
precisamente del enemigo, de éste que os hace tan grande como él mismo, por el cual vais tan valientemente a la guerra, por cuya grandeza no rehusáis dar la vida. Este que os domina tanto, no es superior a vosotros sois vosotros quienes lo hacéis superior.
Lo que tiene de más sobre todos vosotros son las prerrogativas que le habéis otorgado para que os destruya. ¿De dónde tomaría tantos ojos con los cuales os espía, si vosotros no se los hubierais dado? ¿Cómo tiene tantas manos para golpear si no las toma de vosotros? Los pies con que hoya vuestras ciudades, ¿de dónde los tiene si no es de vosotros? ¿Cómo tiene algún poder sobre vosotros, si no es por obra de vosotros mismos? ¿Cómo osaría perseguiros, si no hubiera sido enseñado por vosotros? ¿Qué os podría hacer si vosotros no fuerais encubridores del ladrón que os roba, cómplices del asesino que os mata y traidores a vosotros mismos?
Sembráis vuestros frutos a fin de que él en vuestra presencia los devaste; amuebláis y ocupáis vuestras casas para proveer a sus expediciones de robo; alimentáis a vuestros hijos a fin de que él les lleve consigo para, en el mejor de los casos, conducirlos a la matanza en sus guerras, o convertirlos en administradores de sus codicias y ejecutores de sus venganzas; os despedazáis dolorosamente, a fin de que él pueda tratarse delicadamente en sus diversiones y revolcarse en sucios y villanos placeres; os debilitáis a fin de hacerle más fuerte y rudo y teneros más corto de la brida.
Pero podéis libraros si ensayáis, no siquiera a libertaros, sino únicamente a querer serlo. Estad resueltos a no servir más y seréis libres. No deseo que le forcéis, ni que le hagáis descender de su puesto; sino únicamente no sostenerlo más, y le veréis como un gran coloso al que se ha quitado la base y, por su mismo peso, se viene abajo y se rompe.
Así que despierta puertorriqueño, recupera tu dignidad y sacúdete el yugo al que tu mismo te mantienes encadenado desde hace más de 100 años. Se un hombre, se una mujer, mira por tus hijos y por su futuro. Ya es hora de que el miedo al gigante de pies de barro al que tanto poder le otorgas pase, ya es hora de que mires de que no te hace falta ese gigante y que eres tú quién le hace falta a él: alimentas sus ansias, su poder, su codicia y aún así… no te quiere. ¡Despierta ya Boricua!

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