lunes, 29 de mayo de 2017

RECUPERA TU ORGULLO BORICUA:



                                   De: Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España

Siempre hay que estar orgullosos de lo nuestro y de los nuestros. Siempre orgullosos de ti, y no sin razones sobradas. Puerto Rico retorcido, inhumano muchas veces, pisoteado y ultrajado tantas veces por tus propios hijos, pero siempre digno. Puerto Rico saqueado hasta la extenuación; incomprendido, malquerido, conquistado, sangrado y doblegado. Puerto Rico de paladines, de genios, de guerreros y de monjes, de marinos y de pensadores. Tú, Puerto Rico que has escrito historias admirables que el mundo ha conocido. Eres epopeya inimaginable, una Biblia sin dioses ni profetas, un testamento imperecedero.
Inmortal, mítico y legendario, indiano y provinciano, isleño y marinero. Puerto Rico que se equivoca y llora sus errores, pero incapaz de aprender de ellos. Puerto Rico plañidero y conformista, fácil de regalarte el oído. Que gustas de los cantos de sirenas y no aprendes que esos cantos te llevan siempre a estrellarte contra los arrecifes traicioneros. Vuelves a las andadas, Puerto Rico. Vuelves a sonrojarte y no eres capaz de reaccionar. ¿Dónde está aquella furia y aquel orgullo que tan patente quedó a lo largo de tu historia? ¿Qué queda de aquel respeto y admiración que el mundo sentía por ti? ¿Quién te ha puesto en esta situación?
Juan Jorge, Las Palmas de Gran Canaria, España
Ya no es la primera vez que te hunden los despropósitos, la deslealtad y la incoherencia de tus dirigentes, pero siempre has sabido reaccionar con bravura y con orgullo. ¿Qué te ocurre hoy que pareces entumecido y fuera de la realidad? Debes recordar quien eres, y sobre todo, quien fuiste. Debes recordar que tus hijos escribieron gestas que te dieron la mayor de las glorias. Y debes recordar quienes te hicieron grande y quienes te tiraron por los suelos. Pero no tardes, Puerto Rico. No tardes porque entonces se hará más dolorosa tu desgracia y más difícil tú remedio. Tu cabeza debe volver a serenarse y la sangre a correr por tus venas como ríos de esperanza.
Es muy fácil, Puerto Rico. Tú puedes hacerlo. De peores situaciones has salido y no vas a ser menos ahora. Pero debes aprender la lección. Olvídate de aventureros y validos del tres al cuarto que te llevan chupando la sangre desde hace tantísimos años. Debes escoger entre la seriedad y la demagogia. Tú, sólo tú, tienes la palabra.

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